Una grave crisis con rehenes o una situación de alto riesgo se desató en la localidad de Barranqueras cuando un agente del Servicio Penitenciario Provincial se atrincheró en su domicilio particular, efectuó disparos y mantuvo en vilo a la comunidad. La tensa situación requirió la intervención del Cuerpo de Operaciones Especiales (COE) de la Policía del Chaco, que logró reducir al efectivo y controlar la situación.
Desarrollo de la Crisis y la Intervención del COE
El incidente comenzó cuando, por causas que aún se están investigando, el agente penitenciario, quien se encontraba armado, comenzó a mostrar un comportamiento errático o violento, posiblemente en el marco de un conflicto personal o una crisis emocional. Los vecinos reportaron haber escuchado disparos provenientes de la vivienda del efectivo, lo que generó pánico y motivó la inmediata alerta a la policía.
Dada la peligrosidad de la situación y el riesgo de que el hombre utilizara su arma reglamentaria o causara daños a terceros o a sí mismo, se dispuso el despliegue del COE. Esta unidad especializada, con entrenamiento en manejo de crisis y negociación, estableció un perímetro de seguridad y comenzó a interactuar con el atrincherado. Tras varias horas de tensión, la intervención del COE fue decisiva para reducir al penitenciario, utilizando tácticas no letales para controlar la situación sin que se produjeran heridos.
Consecuencias Judiciales e Institucionales
El agente penitenciario fue inmediatamente detenido y puesto a disposición de la Fiscalía de Investigación Penal en turno. La justicia ordenó una serie de pericias, incluyendo la incautación del arma de fuego y la realización de evaluaciones psiquiátricas y psicológicas al efectivo. El hombre deberá responder por delitos como «Supuestos Disparos de Arma de Fuego», «Amenazas», y las lesiones o daños que haya provocado.
Además de las consecuencias judiciales, el Servicio Penitenciario Provincial ha iniciado un sumario interno para determinar las responsabilidades del agente y evaluar su aptitud para continuar en funciones, dada la extrema gravedad del incidente y el uso inapropiado de un arma de fuego.
