Un año de Javier Milei: firmeza para bajar la inflación y orden a partir de la aceptación del ajuste

Se cumple un año de gestión del líder de La Libertad Avanza con varios éxitos políticos y sobre la macroeconomía. El desplome de los precios y la quietud del dólar trajo una calma a los bolsillos que todavía no se traduce en mayor poder adquisitivo pero mantiene alta la imagen presidencial en las encuestas. Este martes, cadena nacional.

De las ruinas de un país que supo convivir con inflación del 10% mensual y salarios de pobreza, llegó al poder una tercera fuerza que rompió con la enquistada grieta entre el kirchnerismo y el macrismo, conducida por Javier Milei. Sin experiencia casi en la política pero respaldado por el agotamiento de ese péndulo donde habita la “casta” y por una elite de empresarios, cumple un año en la presidencia de la Nación ostentando una inflación debajo del 3% pero una capacidad de compra en modo “hola, mandriles”, en lenguaje libertario.

El reconocimiento del arco político al estilo intrépido de Milei para gobernar y gestionar la economía es total. Los que le temen se someten o se alinean, los que lo desafían, lo respetan. Lo hacen con matices sobre sus formas para expresarse o para lograr la Ley Bases, el paquete fiscal y sostener todos sus DNU (incluido el fundacional de desregulación 70/2023, tachado solo el de los fondos de la SIDE) pero más que nada por la firmeza que le valió la foto actual de la macroeconomía.

Se debe a la capacidad de acumular triunfos políticos y de indicadores que hace tiempo no atravesaban un período de estabilidad o de confianza de los mercados. Todos los repasará este martes a las 21 por cadena nacional (la grabará por la tarde en la Casa Rosada).

Principalmente, el apoyo de la “casta” acuerdista es la reacción al diagnóstico que evidencian las encuestas sobre el humor social y la paciencia de una población harta de cimbronazos para soportar el ajuste que sostiene esa foto y que, hasta ahora, no pagaron los que más tienen ni la casta, sino mayormente trabajadores y jubilados.

¿Cuáles son los indicadores de Milei a un año de gestión? 

El indicador más importante cuando se cumple un año de gestión de Milei es el de la inflación, la principal preocupación de los argentinos en 2023. A finales de ese año alcanzó 8,3% en octubre, 12,8% en noviembre y 25,5% en diciembre, tras la devaluación de 118% de Milei al asumir. Para este último trimestre se espera que no supere el 10% en total.

Además, la brecha entre el dólar oficial ($1.015) y el blue o libre es casi nula. Hubo una apreciación de la moneda estadounidense que convive con la firme decisión de evitar una devaluación brusca de la moneda nacional. Los industriales y otros sectores productivos miran este punto con atención por la pérdida de competitividad con los países vecinos.

Se suma que el riesgo país está por debajo de los 800 puntos y eso da mayor capacidad de endeudamiento a menor tasa y le quita tensión al tipo de cambio (más allá de que la deuda en dólares se acrecentó 90 mil millones en los primeros diez meses del año, según la Secretaría de Finanzas). Y los dólares de un blanqueo que superaron las expectativas con sólo 10% a 20% de los depósitos retirados de los bancos.

El mercado financiero celebra mientras Milei se mantiene en modo motosierra y asegura el superávit fiscal (con recortes a las provincias, obra pública, educación, entre otros) y confirma que gobernará por segundo año sin Presupuesto aprobado por el Congreso, con total discrecionalidad para la asignación de recursos. 

Ocurre mientras recibe los primeros reclamos de las pequeñas y medianas y algunas grandes empresas afectadas por el modelo que cada tanto son noticia por despidos.

Los efectos del “ajuste más grande de la historia” seguido de la devaluación de diciembre se reflejaron en la suba de 11 puntos de la pobreza durante el primer semestre, según el Indec. Si bien indicadores privados anticipan que en el segundo trimestre habrá una reducción del 52,9% que tocó, el poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones llega a fines del 2024 sin recuperar nada de lo perdido en la última década.

El Salario Mínimo, Vital y Móvil marcó en octubre último $271.571. Es una caída real del 28,4% respecto de noviembre de 2023, según la comparación del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA). Al mirar el promedio de los salarios formales que mide el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) de la Secretaría de Trabajo, contra el mismo mes del año pasado, la baja es de 2,3%.

La jubilación mínima llegará a diciembre a $259.597 y más el bono $70.000 (congelado) alcanzará $329.567. Según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) la pérdida de poder adquisitivo es de 13% para ese sector, mientras para los sin bono, es del 4%.

En paralelo, para los más chicos que reciben asistencia del Estado, Milei no pasó la misma motosierra. Tanto la AUH como otras asignaciones se fueron actualizando de acuerdo a la inflación, sin recuperar nada de lo perdido anteriormente, claro.

De mantenerse este poder de compra, afectado desde hace muchas décadas, la batalla electoral ocurrirá en 2025 nuevamente con salarios por el piso. Es que mientras Milei construye su grieta con el kirchnerismo, profundiza hasta ahora la de una sociedad más desigual y afirma que no sacrificará la premisa del déficit cero para contentar al electorado. Por lo pronto, seguirá pendiente o no su abordaje junto con la prometida salida de la recesión y el crecimiento económico.

A un año de asumir la presidencia, Javier Milei ronda los 50 puntos de imagen positiva

A un año de llegar a la Casa Rosada y más allá del ajuste, Milei se mueve cerca o por encima de los 50 puntos de aprobación en casi todas las mediciones

Vio caer ese nivel de aceptación a 10 puntos cuando vetó la mejora a las jubilaciones, a los fondos universitarios y cuando peleó por sostenerlos en el Congreso, lo consiguió con ayuda de los “héroes” del déficit cero y lo festejó con un asado en Olivos. “La gente entiende que el esfuerzo que hay que hacer para salir de una vida con inflación”, explicaban en Balcarce 50 cuando se recuperó.

“El capital político está para gastarlo”, repetía uno de los principales alfiles del Presidente que aborrece la moderación con la que identifica a gobiernos como los de Mauricio Macri Alberto Fernández; tanto como elogia el modo de conducir de Cristina Kirchner (obviamente desde las antípodas ideológicas). Es la rival elegida por La Libertad Avanza para contrastar modelos -una polarización que ya calculan absorberá al PRO en las listas nacionales de Milei- y a quien se entusiasman con ganarle en las urnas.

En eso trabaja la mesa chica de Milei, donde ven a su líder fortalecido al haber demostrado capacidad para manejar con éxito los engranajes del sistema político y apagar versiones de descontento y protestas masivas. De hecho, en su entorno destacan el logro sobre la calle: el “orden” generado por el cese de los piquetes constantes en el centro de la ciudad de Buenos Aires y por los consensos abrazados por un sector del sindicalismo.

Por eso, en la Casa Rosada evalúan que es un buen momento para profundizar acuerdos con aliados y dialoguistas para las legislativas del 2025. 

Un rol central jugarán en ese sentido las sesiones extraordinarias en el Congreso este verano, donde las tratativas alcanzan al kirchnerismo. Es que el mileísmo quiere asegurarse los dos pliegos para la Corte Suprema (Ariel Lijo, Manuel García – Mansilla) y luego negociar una ampliación. Esos puestos del Poder Judicial duran más que un gobierno o dos, en caso de poder ser reelegido.

Cuál es el círculo de confianza de Javier Milei, a un año de asumir

En la estrategia libertaria un pilar sigue siendo la lealtad absoluta al líder en la que trabaja el triángulo de hierro: la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el asesor presidencial, Santiago Caputo. Se sientan cada martes por la mañana en el primer piso de la Casa Rosada para la versión de mesa chica de gabinete junto a “los Menem”: el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y el subsecretario de Gestión Institucional de la Secretaría General de la Presidencia, Eduardo “Lule” Menem.

Hay sillas también para el vocero presidencial, Manuel Adorni, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el ministro de Economía, Luis Caputo, y la de Seguridad, Patricia Bullrich.

“Afuera” del entorno presidencial quedó confirmada la vicepresidenta de la Nación y presidenta del Senado, Victoria Villarruel. Así lo dispuso Milei luego de acumular meses de interna permanente y problemas con el triángulo de hierro. Desde la excompañera de fórmula insisten en que no habrá deslealtad desde el manejo de la Cámara alta a la Rosada, también que no piensan en un armado propio.

La esfera de confianza de Milei se completa con el canciller, Gerardo Werthein. Una pieza fundamental en su acercamiento con el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, de quien espera un espaldarazo (ya en marcha) con el FMI para tomar más deuda y asegurar el modelo de competencia de monedas y salida del cepo. Coincidiría con un año prometedor para la generación de divisas genuinas por parte del sector energético con el gasoducto Néstor Kirchner funcionando a pleno.

Werthein y el triángulo de hierro trabajaron también en la construcción de Milei como referente global de la nueva derecha. Un perfil que sube escalones desde el discurso en el Foro de Davos cuando afirmó ante empresarios de todo el mundo que “Occidente está en peligro por el avance del socialismo”. Volverá en enero 2025.

Pasó un año, faltan tres. Según la cúpula libertaria “todo marcha de acuerdo al plan” con una parte de la “casta”, los sindicatos y los empresarios a los pies de Milei, otra oposición todavía desorientada y una imagen positiva alta junto a la esperanza latente de mejoras en las encuestas.

Es un panorama que, con variables, abrazó también a los últimos presidentes en su primer año de gestión. Deja por demostrar una faceta desconocida hasta ahora sobre el carácter del líder de La Libertad Avanza y sus leales colaboradores: qué pasa cuando los objetivos no se cumplan o el contexto los complique. En lo único que coinciden quienes pasaron por el cargo es que ese momento llegará.