La víctima, que vive con su hijo de 7 años, logró escapar de su agresor, y recurrió a la Justicia. Sin embargo, ahora teme que el acusado viole la restricción perimetral para volver a atacarla. “Desde lo sucedido no volví a mi domicilio», contó a cronica.com.ar.

La mujer vive sola con su hijo menor de edad, y tiene miedo.
Una joven de 28 años sobrevivió a un brutal ataque de su pareja, quien la desfiguró a golpes en su casa, en el sur del Gran Buenos Aires, pero que, a pesar de la grave acusación de violencia de género, está libre. Otro de los casos policiales más impactantes de la jornada.
En diálogo con cronica.com.ar, la víctima contó que tras la denuncia, recibió un botón anti pánico para alertar a las autoridades. Sin embargo, decidió dejar su hogar, donde vivía sola con su hijo de 7 años, por temor a otra agresión del acusado, quien tiene restricción perimetral, pero vive a pocas cuadras.
“Tengo miedo de que el vuelva aparecer en mi casa en cualquier momento, porque sabe mis horarios y que estoy prácticamente sola, sin ningún familiar al rededor de mi domicilio”, expresó la Karen Godoy, quien se animó a hacer público su caso en redes sociales, para visibilizar la pesadilla que vive.

“Desde lo sucedido no volví a mi domicilio, me están acompañando mis amigas y familia”, agregó a este medio, al ser consultada sobre cómo son sus días tras la agresión que padeció el pasado 3 de enero, y que le provocó heridas en el rostro que requirieron una cirugía.
Según consta en la denuncia, todo comenzó con una discusión. No obstante, lo que empezó con un intercambio de palabras, terminó en una agresión a trompadas que dejaron desfigurada a la mujer.
No conforme con ello, el acusado amenazó con quitarse la vida, lo que hizo más dramática la situación que ya era por demás traumática. Mientras perdía sangre por las lesiones, Karen trató de calmar a su agresor, intercambiando los roles de víctima.
Bajo los efectivos del alcohol, el violento se acostó a dormir. Fue en ese momento que Karen aprovechó para llamar por teléfono a su suegra, a quien le pidió ayuda, pero lejos de lo que esperaba, esta se limitó a convencerla para que no llamara a la Policía, mientras limpiaba las manchas de sangre que había en pisos y paredes, y tiraba los vidrios rotos con los que intentó autoflajelarse.
En un momento de lucidez, Karen fotografió las manchas de sangre para tener evidencias de lo ocurrido. Además, se fotografió el rostro, con marcas evidentes de lo que fue la golpiza. Minutos más tarde, avisó por WhatsApp a una amiga, que la ayudó para que recurriera a la Justicia.
En su testimonio en la Comisaría de la Mujer y Familia de Avellaneda, recordó que no fue la primera vez que era agredida por su ex, identificado como Emanuel L., de 30 años. , quien mantenía una relación amorosa de un año, “entre idas y vueltas”.
“Él tuvo la llave de mi casa por un mínimo lapso de tiempo, pero todavía no pude cambiar las cerraduras, porque en su momento me dijo en forma de chiste que había hecho copias”, recordó a cronica.com.ar.