En los últimos años, los grupos narcotraficantes en Colombia han intensificado su apuesta por la tecnología con el fin de optimizar y hacer más rentable la producción y distribución de cocaína. Esta “carrera tecnológica” implica la adopción de herramientas avanzadas y métodos innovadores para evadir controles, mejorar la calidad del producto y ampliar sus redes de tráfico.
Drones para vigilancia y transporte de sustancias, sistemas de comunicación encriptados, software de seguimiento satelital y el uso de inteligencia artificial para predecir operativos policiales, son solo algunas de las tácticas que hoy emplean estos grupos para mantener su negocio activo y cada vez más difícil de desarticular.
Expertos en seguridad señalan que esta modernización representa un desafío significativo para las autoridades, que deben actualizar sus estrategias y contar con recursos tecnológicos similares para hacer frente a esta amenaza. La sofisticación del narcotráfico no solo incrementa los riesgos para la sociedad, sino que también amplía el alcance y la eficiencia de estas organizaciones criminales.
Organismos internacionales y el gobierno colombiano trabajan en coordinación para fortalecer la lucha contra estas prácticas, impulsando la cooperación regional y el intercambio de inteligencia para frenar el avance tecnológico de los narcos.