El Ejecutivo provincial anunció que no aplicará por ahora la cláusula gatillo para aumentar salarios automáticos, alegando una fuerte presión fiscal por deudas acumuladas y la necesidad de dar prioridad al pago de sueldos y servicios básicos como salud, educación y seguridad.
Las autoridades justificaron la decisión en un escenario financiero complicado que incluye compromisos de deuda heredados de administraciones anteriores, incluido un pasivo significativo en dólares y en fondos fiduciarios. Según detallaron, estos vencimientos limitan la posibilidad de otorgar nuevos aumentos salariales sin perjudicar el funcionamiento de actividades esenciales para la población.
A pesar de que el sector docente había recibido una recomposición salarial en años anteriores, desde el Gobierno advierten que actualmente no existe margen económico para aplicar más actualizaciones. En este marco, descartan cualquier nuevo incremento hasta tanto mejore la disponibilidad de recursos y la recaudación por coparticipación.
Los gremios docentes han expresado su malestar ante la falta de aplicación de la cláusula gatillo prevista para el segundo semestre del año, y advirtieron que esta medida podría derivar en conflicto o acciones de fuerza si no se revierte la decisión. De hecho, algunos sindicatos ya anticiparon que no iniciarán las clases después del receso si no hay una recomposición.
El Ejecutivo mantiene que su prioridad es preservar los servicios y cumplir con obligaciones presupuestarias antes que ceder a aumentos que podrían desbordar el presupuesto provincial.
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