Escoliosis idiopática: ¿Qué es, cómo se la diagnostica y cuál es su tratamiento?

Es clave que tanto los profesores de educación física durante sus clases y como los familiares en la casa observen los signos de esta alteración en los adolescentes, la cual generalmente no provoca dolor.

Existen diversos aspectos importantes durante el crecimiento de un niño o adolescente, y uno de ellos tiene que ver con la columna y la denominada “aparición de la escoliosis idiopática adolescente”, que es una deformidad tridimensional en la estructura de la columna producida por una alteración genética. Es una problemática frecuente en el desarrollo de las personas, que puede empeorar con el tiempo si no se toman medidas.

En tanto, el Dr. Andrés Ferrero (traumatólogo especialista en patología de la columna del Hospital de Clínicas de la UBA y M.N. 118.271), relató que “el diagnóstico temprano es clave para evitar llegar a escenarios donde el tratamiento es mucho más complejo o inclusive hay que operar para evitar problemas respiratorios o cardíacos”.

Si bien el especialista destacó los avances en las técnicas quirúrgicas, buscó además reforzar la importancia de la prevención en las casas y los colegios para no llegar a dicha instancia: “Es fundamental que los profesores de educación física durante sus clases y los familiares en casa observen los signos de esta alteración, que frecuentemente no genera dolor: si el chico tiene un hombro más alto que el otro; si su pelvis tampoco está alineada, lo cual puede verse en los pliegues de la piel; o si permanece con posturas alteradas. Si se presenta alguno o varios, es tiempo de hacer una consulta médica”.

Escoliosis: exámenes para completar el diagnóstico
Hay que resaltar que el médico pediatra o traumatólogo hace un examen físico para observar estos signos y para completar el diagnóstico suele indicar un espinograma, que abarca la columna completa, o una radiografía de una parte específica de la columna.

A partir de ello puede determinar el avance de la escoliosis: “En el caso de que la deformidad sea leve, es necesario continuar con controles y actividad física. Si es moderada, en algunos casos se indica el uso de corset hasta completar el crecimiento y realizar mucha actividad física (durante la cual este chaleco no debe utilizarse). Si la escoliosis es severa, se somete a cirugía para alinear la columna”, afirmó Ferrero.

“Cuando el chico está cerca de la etapa de pico de crecimiento, los controles tienen que ser más seguidos porque si hay escoliosis, su avance es más rápido. Si, en el control no aparece esta alteración, se pueden espaciar los chequeos”, aclaró el especialista, quien destacó también que “actualmente hay más conciencia en los padres y, por lo tanto, más controles de niños sin patología”.

Hacer ejercicio es fundamental
Por otra parte, Ferrero hizo bastante hincapié en la importancia de hacer actividad física toda la vida, sea cual sea, para proteger la columna, ganar masa muscular, mejorar la flexibilidad, mantenerse en forma y evitar el sobrepeso; y, ante el uso frecuente de la tecnología, reafirma la importancia de hacer deporte evitando el sedentarismo y las posturas viciosas.

El especialista finalizó diciendo que “la prevención es fundamental para evitar llegar a escenarios con escoliosis muy avanzadas, donde el tratamiento es mucho más complejo. La prevención es la mejor medicina y por eso trabajamos en un diagnóstico temprano”.

Controles a realizar
«Estadísticamente de cada 10 chicos, 4 van a tener, aunque muchos leves. En la etapa de la adolescencia, etapa de la mayoría de escoliosis, lo mejor es hacer un examen físico más una radiografía. Con eso se diagnostica y según la etapa de crecimiento, se ve lo que hacer”, dijo el especialista.

“Antes de la adolescencia, si en el control no hay escoliosis, se hacen los controles más espaciados y en un principio los controles los hace el pediatra. Es un examen físico donde se evalúa si el chico tiene una alteración en la columna, viendo si hay asimetría de hombros, pelvis, simetría de pliegues”, agregó el profesional.