
El gobierno de Javier Milei enfrenta su primera gran crisis política tras la filtración de audios que sugieren actos de corrupción y una red de espionaje interno. Las grabaciones, que involucran a figuras cercanas al círculo de poder como Diego Spagnuolo, Karina Milei y Eduardo «Lule» Menem, han revelado supuestos pedidos de sobornos a empresarios a cambio de favores políticos. Este escándalo desafía directamente el discurso anticorrupción del oficialismo.
Un sistema de espionaje y preocupación por el voto
Además de los audios que vinculan a funcionarios con la corrupción, ha salido a la luz una supuesta red de espionaje interno. Se especula que el ex «Triángulo de Hierro» habría montado esta red para grabar a figuras de La Libertad Avanza con el objetivo de monitorear su lealtad. Analistas políticos advierten que, si bien el escándalo podría no afectar al núcleo duro de votantes de Milei, sí podría provocar la «fuga» del «voto blando», lo que complicaría los números del oficialismo en futuras elecciones.
El escándalo también ha tenido un impacto económico, con un notable aumento en la compra de dólares por parte de los argentinos. Esta situación se suma a las preocupaciones de los mercados y a las advertencias de funcionarios sobre el valor de la divisa, lo que ha generado una mayor incertidumbre en el frente económico.