El juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski inició la etapa de testimoniales este viernes, con la dramática declaración de la abuela de la víctima, Mercedes Valoy Flores, y de su madre, Gloria Romero. Por pedido de la querella, los acusados fueron retirados de la sala antes de que las familiares comenzaran a declarar.
La premonición y la última despedida
Mercedes Valoy Flores inició su testimonio pidiendo «Justicia por mi nieta que fue brutalmente asesinada». Recordó la tarde del 1 de junio de 2023, la última vez que vio a Cecilia con vida, cuando se preparaba para el supuesto viaje a Ushuaia que le habría conseguido Marcela Acuña.
La abuela relató un momento de angustia: «Me abrazó fuerte porque me dijo que el avión se iba a caer, me dijo: ´Dame muchos besos porque yo me voy a morir en el avión y no me van a encontrar´». En contraste, señaló que César Sena, que vivía con ellas, ese día «llegó nervioso a la casa, abrió la puerta con bronca y no saludó cuando entró ni cuando se fue».
La escalofriante conversación
Al ser consultada sobre la relación de Cecilia con César, la testigo recordó una tensa sobremesa familiar: «Él tomaba cerveza y decía que sabía desaparecer personas con los chanchos», indicando que pensó que lo decía solo «para impresionar». También mencionó que César «siempre andaba armado, mostraba el arma y la ponía en la mesita de luz».
El anillo y el crucifijo
La Fiscalía mostró a Mercedes dos pruebas: el anillo de compromiso y un crucifijo artesanal que la hermana de Cecilia le había regalado, ambos encontrados en una valija quemada días después de la desaparición. La abuela confirmó la importancia de este último objeto: «El crucifijo lo tenía puesto al despedirse, ella no se lo sacaba por nada del mundo».
Respecto a Marcela Acuña, la testigo afirmó que no tenían relación y que todo se tensó desde el primer encuentro, cuando Cecilia «no quiso ponerse la camiseta del «Che» para ir a los piquetes».
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