
Tres meses y medio después de la clausura del laboratorio Ramallo, una de las empresas vinculadas al opioide contaminado con fentanilo que causó la muerte de 96 personas, se realizó una inspección por orden de la Justicia Federal. Durante el operativo, se encontraron una gran cantidad de medicamentos y residuos farmacéuticos abandonados, lo que ha sido calificado como una «bomba de tiempo ambiental».
Riesgo ambiental y fallas en la fiscalización
La inspección reveló ampollas de metoclopramida, aminofilina y diclofenac, así como tambores con sustancias corrosivas y otros desechos sin identificar. Un técnico advirtió sobre el grave riesgo sanitario y ambiental que representa este material si no se resguarda adecuadamente.
Se ha señalado que tanto el Ministerio de Ambiente bonaerense como el municipio de Ramallo no intervinieron de oficio a pesar de que la ley les otorga responsabilidades en el control de este tipo de residuos. Ahora, la Justicia y las autoridades correspondientes deberán determinar cómo se destruirá el material para mitigar el peligro.