16/12/2025
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En la audiencia número 13 del juicio por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, celebrada este jueves 13 de noviembre con los alegatos de clausura, el fiscal Martín Bogado, miembro del Equipo Fiscal Especial, fue el primero en tomar la palabra. Bogado describió su alegato como «el rompecabezas» del crimen y sostuvo que el femicidio fue un hecho premeditado y ejecutado en el interior de la residencia de los Sena, con la participación directa de César Sena, Marcela Acuña, Emerenciano Sena y sus colaboradores.

El Engaño Premeditado y el Inicio del Calvario

El fiscal comenzó su exposición afirmando que Cecilia «creía que iba a ser feliz con César Sena, estaba enamorada, pensaba en un futuro junto a César, pero lamentablemente se cruzó con las personas equivocadas, porque Marcela y Emerenciano nunca la aceptaron». Bogado citó textuales de Cecilia donde ella manifestaba que su suegra (Marcela Acuña) no la quería y leyó un mensaje que le envió a César: «Te amo a vos, pero no a tu familia. No voy a esforzarme porque tu madre me acepte, no soy lo que ella quiere y nunca lo voy a ser».

Relató un episodio de violencia previo entre César y Cecilia en una camioneta, citando un mensaje posterior de ella a un amigo: «Hoy tuve miedo porque vi mi vida delante de mis ojitos». A partir de entonces, según el fiscal, comenzó el calvario de Cecilia: fue manipulada con la promesa de una falsa herencia, le ofrecieron dinero y, finalmente, se montó un viaje inexistente que serviría como coartada para el crimen. La propia joven le contó a su madre, Gloria Romero, que la idea del viaje había sido impulsada por su suegra. Cecilia hizo reservas, organizó el trayecto y buscó chocolaterías, convencida de que viajaría, según Bogado.

La Reconstrucción del Crimen

El recorrido de Cecilia el 2 de junio fue registrado por cámaras de seguridad, un elemento que el fiscal definió como «clave». El recorrido incluyó la casa de la abuela de César, el café Gato Negro, la vivienda de Santa María de Oro, un motel en la Ruta 69 y, finalmente, el regreso a la casa de Santa María de Oro, donde ocurrió el femicidio. Emerenciano y Marcela Sena salieron de la casa antes de que la pareja ingresara. Bogado afirmó que allí, en una de las habitaciones, César mató a Cecilia, quien se defendió, hecho que se constató por los rasguños hallados en César.

César abandonó la casa a las 10:45 horas, fue al barrio Emerenciano Sena y regresó al mediodía para dar inicio a «la segunda parte del plan»: seguir la rutina, evitar sospechas y eliminar pruebas. Pasadas las 13:00, dos mensajes revelaron la coordinación del encubrimiento: un audio de Emerenciano a Obregón y un mensaje de Marcela a Fabiana, avisando que Obregón «iba a cuidar a César». Bogado aseguró que «esos mensajes no fueron casuales».

Eliminación de Pruebas y Encubrimiento

El fiscal destacó que César viajó a Colonia Elisa después de las 13:00 horas con Melanie y Rita para generar una coartada. Además, definió a la mujer que planchaba en la casa como una «testigo fundamental», quien llegó a las 16:00 horas, vio a Marcela «rara» y escuchó la frase reveladora: «Lo mismo de siempre». Bogado subrayó que ella fue la única persona en esa casa que no sabía que había un cuerpo en una habitación.

Las cámaras de seguridad, según el fiscal, muestran la camioneta en la que se cree que trasladaron el cuerpo, envuelto en bolsas. Un mensaje de Marcela a Fabiana reforzó esta hipótesis: «Sacá eso de la casa. Carguen la basura donde sea». César y Obregón llevaron el cuerpo a Campo Rossi y lo quemaron a 250 metros de la vivienda de los caseros, hecho confirmado por las antenas de telefonía que ubicaron sus celulares allí. Bogado afirmó que Obregón los esperaba con un bidón, lo que demuestra que «ya habían decidido quemarla».

En un intento por despistar, César respondió mensajes a la madre de Cecilia usando el celular de ella, mientras testigos lo vieron con ambos teléfonos. Esa noche, Melgarejo recibió un llamado de 4 segundos con la instrucción: «Controlen el fuego que no se apague. Háganse cargo del fuego». El fiscal señaló que luego de incinerar el cuerpo, los imputados «se fueron a comer un guiso a Barranqueras».

La Tesis de la Fiscalía

El 6 de junio, la actividad fue frenética: cambiaron el teléfono de César, sacaron la cama y el colchón manchado con sangre y buscaron en YouTube frases como «¿Qué siente un asesino?» y «¿Qué pasa con el alma después de la muerte?». Ese día, Obregón confesó que levantaron los restos de Cecilia de Campo Rossi y los arrojaron al río Tragadero, donde posteriormente se encontró el dije de la joven. Esa misma noche quemaron la valija, los teléfonos y las pertenencias de Cecilia. Bogado insistió: «En todos los lugares ella dejó rastro».

Bogado unió las piezas con una frase resonante: «César decía que cuando querían deshacerse de alguien, le inventaban un viaje y terminaba en la chanchería. Explíquenme entonces: ¿dónde terminó Cecilia?».

El fiscal Bogado cuestionó duramente la declaración de Marcela Acuña y el intento de la defensa de presentar el caso como un conflicto político: «¿Vieron una madre desesperada por cuidar a su hijo? Marcela dijo que la había visto a Cecilia y que esto era político. A Cecilia la mataron, eso no es política, eso es un femicidio». Remarcó la responsabilidad de Emerenciano Sena: «Sabía lo que había pasado ahí; si Obregón estaba involucrado, era porque lo había mandado su jefe». Ante la ausencia de autopsia y certificado de defunción, el fiscal recordó que «es obvio que no hay autopsia si dejaron solo polvo y cenizas», y que el certificado llegará «cuando termine este juicio».

El Pedido de Condena

En su cierre, el fiscal repasó las pruebas y recordó el pedido de justicia de Gloria Romero y Mercedes, madre y abuela de Cecilia. Finalmente, solicitó el veredicto de culpabilidad para los siete imputados. Pidió que César Sena sea condenado por homicidio agravado por el vínculo y por femicidio. En el caso de Marcela Acuña y Emerenciano Sena, solicitó que sean considerados partícipes necesarios del crimen, y que los cuatro colaboradores sean condenados como encubridores del delito.

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