Aunque las lluvias recientes trajeron algo de alivio en la zona central del Chaco, los últimos tres meses fueron de gran incertidumbre. En el interior de la provincia, la falta de agua se ha convertido en una preocupación creciente, afectando tanto a la actividad agropecuaria como a las condiciones de vida de los habitantes.
La situación es cada vez más alarmante en las zonas rurales, donde los productores enfrentan graves dificultades por la escasez del recurso esencial para el desarrollo de sus cultivos y la cría de animales. Alfredo Ricardo Billa, experto en perforaciones y encargado de ayudar a los productores a encontrar soluciones, compartió su experiencia sobre el complicado panorama hídrico.

En las zonas más afectadas, la ausencia de precipitaciones ha agotado las reservas de agua subterránea. Billa narró lo vivido recientemente en Castelli: «Pasamos todo un día trabajando sin éxito, la napa estaba completamente seca. Hicimos dos perforaciones adicionales, pero tampoco tuvimos suerte», detalló.
A la ya compleja situación se suma la falta de acciones efectivas por parte de las entidades responsables. «No hay respuestas, las autoridades no hacen nada, y las instituciones que deberían regular la situación parecen no saber cómo actuar. Es indignante», señaló Billa.
El río Bermejo, que solía contribuir a la recarga de las napas subterráneas mediante inundaciones periódicas, dejó de desbordarse hace más de 20 años. «Desde el 2000 no hay inundaciones, y la situación empeora porque las compuertas y entradas están obstruidas y sucias», explicó el especialista.
Soluciones urgentes pero insostenibles
En medio de esta crisis, los productores se ven obligados a idear soluciones temporales para garantizar el agua a sus animales. Billa describió una de las alternativas que implementaron: «Construimos una pileta en un riacho seco, utilizando materiales locales como quebracho blanco y postes caídos. Esto les permite a los productores dar de beber a la hacienda, pero es solo una solución momentánea», explicó.
Las condiciones varían considerablemente según la región. Según Billa, «Hacia el norte, en Presidencia de la Plaza, la situación es relativamente mejor, pero hacia el sur, sobre todo de la Ruta 16 en adelante, la falta de agua es dramática. La gente tiene que acarrear agua, porque no hay otra opción», concluyó.
